No os lo he dicho, pero tengo 40
años, si si, ya sé lo que pensáis, ¡menuda edad para quedarse desempleada... y con dos criaturas! Seguro que a la mayoría de los empresarios se les pondrán los pelos como escarpias de pensar en contratar a alguien con mi perfil
personal, ni se fijarán en mi trayectoria profesional, pero no me voy a rendir tan pronto.
La presión demográfica hará a los
empresarios entrar en razón en este tema de la edad. Según se vaya ensanchando más y más la pirámide
poblacional por la zona de 40 años para arriba, y
haya mucha menos población y además bien preparada con edades inferiores, no les quedará
más remedio que contratarnos. Es cuestión de esperar. Generación del baby boom... ¡al poder!
Ahora con mi edad, después de
llevar una porrada de años trabajando en temas de políticas activas de empleo,
pienso que este momento "entre dos trabajos" puede ser una gran oportunidad para mirar hacia otros horizontes
laborales, formarme, comenzar un nuevo ciclo y multiplicar mis posibilidades.
Ahora sólo tengo que pensar hacia dónde dirigir mis pasos, y
la verdad, veo todos los caminos confusos, por no decir borrosos. ¿Cómo
distinguir el polvo de la paja? ¿Hacia dónde dirigirme?
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